jueves, 5 de junio de 2008

Cuando no tengo pasión.

Creo que más de alguno de nosotros se ha levantado en la mañana sin muchas ganas de trabajar o de levantarse más que nada. Incluso para mi es exagerar, ya que vivo cerca de donde trabajo así que hay otra explicación para eso.
Cuando Judas llegó al monte de los olivos y entregó a Jesús a las autoridades, todos los apóstoles corrieron y huyeron, se escondieron y ninguno siquiera quiso ir a ver la tumba de Jesús.
Pero cuando vino de lo alto la llenura del Espíritu Santo, ellos pusieron al mundo de cabeza con la predicación. Ahora el Espíritu ya no estaba mas por fuera, sino por dentro con poder. Como decía Juan El Bautista, “El los bautizará con Espíritu Santo y Fuego.”
Cuando realmente tenemos hambre comemos como nunca antes y todo nos sabe exquisito, hay deleite. Con la presencia y llenura de Dios es similar. A veces nos satisfacemos con poco, con ser buenos, con hacer buenas obras, con ir a la Iglesia, con cantar canciones bonitas, dar ofrendas, con sentir un poquito la paz y amor de Dios, pero esto es solo una muestra, mas cuando viene la llenura es porque tenemos realmente hambre y necesidad de Dios. Dios no puede llenar a satisfechos, a conformistas.
La respuesta es falta de pasión por ser llenos de El.
Ven con tu Presencia, Ven llénanos.

1 comentario:

Polo dijo...

Es lo mismo que nos pasaba en verano cuando éramos chicos, sino pregúntale a la Vane jajaja.
Nunca nos levantábamos temprano un día sábado o domingo, pero cuando nos decían que iríamos a la piscina "Campo Lindo" por el día a las 7 ya estábamos desayunando.
Ciertamente nos falta pasión para hacer muchas cosas, lo que no encuentro malo porque hay cosas que no tienen porque gustarte. Pero lo que encuentro grave es que no se tenga pasión por vivir, eso quiere decir que algo falla y que hemos dejado de estar acompañando a Cristo.
Es fácil correr y esconderse, pero es muy difícil decirle que sí apasionadamente... yo elegí lo difícil.